Historias del baúl: Harry

#Elamorentiemposdecuarentena

¿Cuál es el propósito de un blog si no es mantenerlo actualizado constantemente? Lo he abandonado mucho y a diario me pregunto qué es lo que puedo escribir. Justo cuando tengo una idea flotando en la cabeza, ésta desaparece en cuanto me siento frente a la computadora. Mientras tanto, repaso mentalmente si vale la pena compartirlo. Cierta personita me dirá que sí. Entonces ¿Cómo lidiar con los muros que crecen alrededor de mí impidiéndome escribir?

Quizás puede lograrse haciendo lo que decía Chavela Vargas: “Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida”. Y así lo hice, hablé con un viejo amigo y hoy quiero contarles nuestra historia de amor:

Un amor dormido

Cuando Harry llegó a mi vida había estado evitándolo por mucho tiempo. Había visto su rostro en una estación del metro cuando mis padres me llevaron de visita a la ciudad. Si bien es cierto, su rostro lo encontraba en todas partes y aún así no había logrado despertar mi interés. Los años pasaban y pareciera que cual fervoroso pretendiente, él esperaba por mí. Él estaba ahí, a simple vista; expectante y ansioso a que volteara a verlo pero pasarían varios años antes de que eso ocurriera.

Nuestra historia de amor comenzó justo en el año 2016, me encontraba sola y algo despistada. Hacia tiempo que una amiga había insistido en presentármelo. Sin embargo, yo no lograba entender el porqué él le agradaba tanto. Anteriormente mi hermana mayor había tenido un acercamiento con él y lo había conocido temporalmente. Ella solía compartir algunos de los secretos de Harry, entre sucesos de su vida, curiosidades y alguno que otro misterio. Aquellos trozos incompletos parecían dibujar su atractivo pero mi cabeza estaba en otro lado.

El relámpago

En alguna película escuché una frase que ahora puedo relacionar con esta historia “Stay open. Who knows? Lightning could strike” y así fue, el rayó cayó en mí como pocas veces lo ha hecho. Entonces ocurrió, fue como si lo hubiera visto por primera vez. Ahí estaba, con su sonrisa brillante y sus ojos verdes. De repente comenzamos a conocernos, a deshojar poco a poco cada uno de nuestros secretos. Era como si nos hubiéramos conocido de toda la vida y yo pudiera encontrarme en él.

Nuestra amistad se reforzó cuando él me ayudó a pasar un examen muy difícil. Poco a poco crecía y crecía mi cariño hacía él. Sin pensarlo demasiado, me fui involucrando sin remedio, sin resistencia. Su compañía en el autobús y su voz en las noches de insomnio logró que me sintiera parte de su mundo y de su historia. No había momento del día en el que no pensara en él. Me recibía y me acogía con los brazos abiertos. Caí sin remedio, y supe que a pesar de que tendríamos que decirnos adiós en un futuro, él habría cambiado mi vida y quizás cambiaría la muchos más.

La despedida

Tras largos meses de vivir al límite nuestra historia, en mis manos las aventuras de Harry, Hermione y Ron estaban terminando. Mientras las letras iban dibujando nuestra despedida. Entre libros y películas los he disfrutado a ambos. Los recuerdos viven y saltan: la Batalla de Hogwarts en la pantalla fue épica pero el libro me llevó a las lágrimas. El viaje estaba llegando a su término. Leí la última frase, cerré el libro y supe que no volvería a ser la misma. Fue como si tuviera a todos los personajes atrás de mí esperando y dándome apoyo justo como los padres de Harry en el Bosque prohibido.

El reencuentro

Hasta entonces la tinta había dormido por varios años. La noche anterior en un momento de desesperanza un impulso me tomó y decidí abrir el último libro en una página cualquiera y ahí lo encontré: “He felt that he had been waiting for her to come, but that he had forgotten, until this moment, that they arranged to meet”. Volví a verlos y nuevamente me sentí en casa.

Me dieron ganas de escribir y de preguntar: ¿Conoces a Harry Potter? ¿Cómo comenzaste tu historia con él? Me gustaría conocerla…

Nos leemos pronto.

Me encantaría escucharte

Nasel Bel

Una sencilla dificultad, mente distraída y amante de libros.